Para que un limón sea catalogado como BIO, debe cumplir la normativa europea sobre etiquetado de productos ecológicos. La otorgación de este distintivo garantiza que el producto se ha cultivado mediante sistemas de cultivo sostenibles, es decir, que al menos el 95% de sus ingredientes son orgánicos.
¿Qué significa que un limón se ha etiquetado como BIO? Directrices de la normativa.
Además de la composición en los ingredientes de producto y etiquetado como BIO, la normativa específica dicta una serie de directrices que deben cumplirse dentro de este etiquetado en los limones como se especifica a continuación.
Deben proceder de la agricultura ecológica cumpliendo el porcentaje de ingredientes especificado en el punto anterior.
Para su cultivo, únicamente pueden utilizarse fertilizantes y abonos naturales. Dentro de la agricultura ecológica, no están permitidos los pesticidas, herbicidas y otros productos químicos.
El ciclo de crecimiento natural debe ser respetado, lo cual indicaría que sigue los horarios naturales de luz y oscuridad, no siendo sometido a fuentes lumínicas artificiales para acelerar su crecimiento ni alterarlo de ninguna otra manera.
Para que un limón pueda ser etiquetado como BIO, tampoco podrán utilizarse aditivos artificiales como saborizantes, colorantes, ceras abrillantadoras o aromas artificiales.
Los limones BIO son cultivados mediante semillas naturales y en ningún caso pueden provenir de fuentes OMG, Organismos Modificados Genéticamente, conocidos comúnmente como transgénicos.
Para garantizar el cumplimiento de cada una de estas premisas, el etiquetado BIO de los limones debe ser certificado por un organismo de control que puede ser público o una empresa privada autorizada por el Gobierno para esta labor.
Las etiquetas BIO de los limones incluyen una serie de datos que facilitan su reconocimiento como procedentes de la agricultura ecológica.
Los alimentos envasados como BIO se distinguen en tres tipos y el etiquetado se adapta a cada grupo:
Como su nombre indica, los alimentos no envasados se comercializan en el mismo estado que se encuentran en la naturaleza. Estos alimentos son comprados habitualmente a granel e incluiría: frutas, verduras, frutos secos, semillas, hierbas, especias, etc.
Los alimentos no procesados son aquellos que no han pasado por un proceso de modificación industrial. En esta sección también se incluirían los alimentos frescos. No obstante, pueden estar envasados, pero siempre respetando su composición y texturas naturales sin someterse a ningún proceso industrial.
Las frutas y verduras también podrían incluirse en este punto, además de carnes, pescados, huevos ,etc.
En este grupo se incluirían todos los alimentos que han pasado por un proceso industrial, siempre y cuando cumplan las directrices especificadas por la normativa BIO.
Para que un limón sea etiquetado como BIO, debe de cumplir cada uno de los parámetros incluidos en la normativa y se distinguirá por el siguiente etiquetado:
El nombre del producto debe ir en cualquier etiquetado y compone el encabezado principal.
Este valor muestra en el etiquetado el peso total del producto, excluyendo los envases en los casos que proceda, tales como tarros, cajas y otros empaques.
Este es uno de los datos más importantes dentro del etiquetado BIO, pues permite hacer un seguimiento en caso de que se detecten lotes defectuosos, así como cualquier otra irregularidad durante el proceso de fabricación.
Este dato no debe confundirse con la fecha de caducidad, pues la fecha preferente es una recomendación del fabricante para consumir el producto dentro de ese plazo con el objetivo de aprovechar al máximo sus propiedades nutricionales. La fecha de caducidad, por el contrario, determina que el producto se encontrará en óptimas condiciones de consumo dentro de ese plazo específico, no garantizándose su seguridad a fecha posterior.
Este dato es obligatorio en cualquier etiquetado incluyendo los productos sin envasar, debiéndose incluir por lo tanto en los limones para especificar su procedencia.
La información contenida en esta etiqueta se contempla por cada 100 gramos de producto.
Como hemos apuntado al principio de este artículo, cualquier alimento catalogado como ecológico, BIO y orgánico debe contener obligatoriamente al menos un 95% de ingredientes provenientes de la agricultura ecológica, cuyas especificaciones serán impresas en la Eurohoja, documento acreditativo del cumplimiento de la normativa.